Entrevista a Minat Selaro



Entrevistamos Minat Selaro por la reciente publicación de su libro de denuncia El precio del sueño americano. A través de testimonios reales que la autora recopiló a lo largo de meses, así como de análisis profundos, este libro aborda una de las problemáticas sociales más complejas: la migración. Aquellos que arriesgan su vida para sobrevivir se exponen a extorsión, secuestro, abuso sexual, explotación laboral y asesinatos… Sobre todo, la autora busca poner énfasis en el trauma migratorio, en la importancia de brindar apoyo psicológico a quienes han experimentado horrores inimaginables, para generar empatía y combatir el estigma en torno a la migración.

Como apoyo a la causa, las ganancias totales obtenidas por la venta de este libro serán donadas por la autora a La Red Franciscana para Migrantes, una asociación de hombres y mujeres, laicos y religiosos, que ofrecen apoyo y asistencia humanitaria a migrantes, con el fin de defender la dignidad humana.


“Cada problemática abordada en el libro es compleja en sí misma, pero si tuviera que señalar una, diría que la más dolorosa es la invisibilidad y la normalización del sufrimiento migrante. Que alguien tenga que abandonar su país, separarse de su familia y arriesgar su vida no por ambición, sino por sobrevivencia, ya es una tragedia en sí misma”.


 1. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? ¿Cuáles fueron tus motivaciones?

R: Desde que era niña, crecí escuchando la música de Los Tigres del Norte. Aunque en aquel entonces no comprendía a fondo el significado de sus letras, sus canciones sobre la migración siempre me provocaban una tristeza inexplicable. Había una en particular, José Pérez León, que me hacía cuestionar cosas que pocos adultos hablaban abiertamente: “¿Por qué, si mueren, siguen cruzando?” Esa pregunta me acompañó durante años y fue el germen de lo que más tarde se convertiría en este libro.

En paralelo, crecí en un entorno marcado por la violencia doméstica y la negligencia, experiencias que me marcaron profundamente. Saber lo que se siente ser violentada por quienes deberían protegerte, me dio una sensibilidad especial para conectar con el dolor ajeno. Esa empatía me permitió escuchar, sin juicio, las historias de quienes, como yo, han tenido que sobrevivir en entornos hostiles.

Estudié Psicología y actualmente curso una maestría en Psicología Forense y Criminal. A partir de mi formación profesional, comencé a entrevistar a personas migrantes y me enfrenté cara a cara con verdades que pocas veces se narran: las violencias invisibles, los abusos sistemáticos, el miedo, la pérdida, el duelo. Fue entonces cuando encontré la respuesta a aquella pregunta infantil y entendí por qué hay canciones que les rinden homenaje: porque migrar es una forma de resistencia y de amor por la vida, aunque el precio a pagar sea muy alto.

Un momento decisivo ocurrió durante un viaje a Oaxaca. Vi a varios migrantes durmiendo en la calle, pidiendo comida, y escuché cómo algunas personas los despreciaban o se quejaban de su presencia. En ese instante recordé todas las historias que había escuchado y comprendí que muchas de ellas nunca llegarían a ser contadas. Entonces supe que tenía una responsabilidad: si podía darles voz, debía hacerlo. Así nació este libro: como un acto de memoria, dignidad y advertencia.

2. ¿Cuál es tu intención con la publicación de este libro?

R: Mi intención es doble. Por un lado, quiero visibilizar los riesgos reales que implica la migración, más allá de los relatos idealizados. Por otro, busco generar empatía en la sociedad y combatir el estigma que recae sobre las personas migrantes, quienes muchas veces son vistas como una carga, una amenaza o una molestia.

Es urgente entender que no todas las personas nacen con las mismas oportunidades. Muchos migran no por deseo, sino por necesidad: por escapar de la violencia, del hambre o de un futuro que simplemente no existe en sus países. Migrar, para ellos, es un acto desesperado de esperanza. Y eso merece ser comprendido y respetado.

3. ¿Por qué crees que tu obra es relevante al día de hoy y en qué públicos crees que podría tener un mayor impacto?

R: La obra es relevante porque refleja una crisis humanitaria que sigue vigente y que, en muchos sentidos, se ha agudizado. Aunque la migración es un fenómeno histórico, hoy en día asistimos a un incremento alarmante de personas que viven en tránsito, que son estafadas, violentadas o criminalizadas por el simple hecho de buscar una vida mejor.

El libro puede tener un fuerte impacto en distintos públicos. En primer lugar, en la comunidad migrante, porque muchas de las historias que aquí se narran pueden resonar con sus propias experiencias, brindarles validación y hacerles sentir que no están solos. En segundo lugar, en personas que tienen familiares o conocidos que han cruzado o están por cruzar la frontera, porque les ofrece una visión cruda pero necesaria de lo que verdaderamente implica ese camino. Y en tercer lugar, en el público general, quienes nunca se han cuestionado lo que hay detrás del llamado “sueño americano” y que necesitan escuchar estas voces para derribar prejuicios.

4. ¿Cuánto tiempo te llevó recopilar todos estos testimonios y cuánto en hacer la investigación y búsquedas sobre el tema?

R: El proceso fue largo y emocionalmente exigente. Recopilar los testimonios me tomó aproximadamente siete meses. No fue solo cuestión de realizar entrevistas, sino de crear un espacio seguro para que las personas pudieran compartir vivencias profundamente dolorosas, muchas veces marcadas por el trauma, el abuso y la pérdida. Gracias a mi formación en psicología, y particularmente en psicología forense y criminal, entendí la importancia de cuidar el proceso de escucha: no revictimizar, no presionar, y sobre todo, validar su dolor. Muchas veces, los relatos emergían entre lágrimas, silencios prolongados o incluso reacciones físicas como bloqueos mentales o náuseas, indicadores del impacto emocional que las víctimas aún cargan.

A la par, dediqué alrededor de cuatro o cinco meses a la investigación documental. Analicé no solo fuentes académicas sobre migración, sino también informes forenses, estadísticas de desapariciones migratorias, reportes sobre trata de personas, violencia de género, explotación laboral, y efectos del desplazamiento forzado en la salud mental. También estudié el funcionamiento de redes de tráfico y el papel que juegan actores criminales en el fenómeno migratorio. Mi enfoque no fue únicamente social, sino también clínico y psicológico: quise comprender cómo la experiencia migratoria, en condiciones extremas, puede detonar cuadros de estrés postraumático, depresión, ansiedad crónica o disociación.

Finalmente, la redacción del libro me llevó otros cuatro meses. Más allá de organizar y dar forma a los testimonios, el proceso implicó una enorme carga emocional. Revivía cada historia, cuidando cada palabra, con la responsabilidad de hacer justicia a las voces que me confiaron sus memorias. No fue solo escribir: fue sostener el dolor de otros, traducirlo en narrativa y, al mismo tiempo, canalizarlo hacia la conciencia colectiva. En total, fue más de un año de trabajo constante, sensible y profundamente humano. Un proceso donde la psicología no solo fue herramienta profesional, sino también puente de empatía.

5. De todas las problemáticas de las que hablas en tu libro, ¿cuál consideras que es la más compleja de todas?

R: Cada problemática abordada en el libro es compleja en sí misma, porque todas se entrelazan y forman parte de una cadena de vulneraciones. Pero si tuviera que señalar una, diría que la más dolorosa es la invisibilidad y la normalización del sufrimiento migrante. Que alguien tenga que abandonar su país, separarse de su familia y arriesgar su vida no por ambición, sino por sobrevivencia, ya es una tragedia en sí misma.

A eso se suma el engaño de los coyotes, la explotación laboral, la violencia sexual y doméstica, la discriminación institucional, el miedo constante a ser deportado. La migración irregular no es una aventura: es una experiencia traumática para muchos, y eso es algo que aún no se reconoce con la seriedad que merece.

6. ¿Has pensado en continuar escribiendo sobre esta misma problemática o qué temas te gustaría abordar en tus próximos libros?

R: Sí, absolutamente. Si más personas desean compartir sus historias, seguiré escribiendo y dándoles voz. Me gustaría colaborar más con organizaciones que apoyan a la comunidad migrante, y continuar visibilizando los retos que enfrentan antes, durante y después de su tránsito.

Además, me interesa explorar otros temas relacionados cómo la resiliencia y el duelo migrante. Quiero seguir siendo un canal, una mensajera, una aliada para quienes muchas veces no son escuchados.

7. ¿Cuál es el mensaje con el que quieres que la gente se quede al leer tu libro?

R: Quiero que el lector comprenda que la migración no es un viaje romántico ni una decisión ligera. Es un acto de desesperación muchas veces silencioso, atravesado por el miedo, la pérdida y el sacrificio. Quiero que se sepa que el “sueño americano” también puede ser una pesadilla, sobre todo para quienes cruzan sin documentos y se exponen a una violencia brutal desde el primer paso fuera de su hogar.

Quiero alertar a quienes aún no han migrado sobre los riesgos reales que conlleva este proceso. No todo es como lo muestran las redes sociales o como lo cuentan quienes ya llegaron. Muchos migrantes mueren en el camino, son secuestrados, abusados sexualmente, asesinados, o presencian el sufrimiento de sus seres queridos sin poder protegerlos. Y eso, lamentablemente, es una parte muy real de esta travesía.

También quiero que el lector cuestione sus prejuicios. Que entienda que detrás de cada persona migrante hay una historia de lucha, de amor por la vida y de una valentía que merece respeto. Este libro es una llamada a la empatía, a la memoria y a la acción.


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